domingo, abril 27, 2008

PETRÓLEO


Hay una palabra inútil,
seca, acartonada,
herida por la luz y el abandono.
No es ni fósil, ni esqueleto,
ni reliquia poderosa de otro tiempo.
Es el mapa del olvido y la memoria,
la ruta hecha ceniza de la lluvia,
caracola de violín y amaneceres.
Quedó sobre la mesa del salón
después de que el azul del mes de abril
por fin te concediera el infinito
de esos sueños atrapados por mis besos.
A punto de romperse, amarillenta,
cadáver exquisito de tu boca,
aguanta los envites de las horas,
los vientos caprichosos de la pérdida,
y así va convirtiéndose en petróleo,
espesa ausencia entre los dedos,
para el motor de mi nostalgia.

(foto:http://arturoweb.files.wordpress.com/2007/11/ausencia.jpg)

viernes, abril 25, 2008

PRESENTACIÓN DE OPOSICIONES A DESENCUENTRO EN LANZAROTE




El pasado jueves día 24 se presentó en Arrecife Oposiciones a desencuentro, dentro de las actividades organizadas por el Ayuntamiento con motivo de la semana del libro. Pasamos un buen rato y, aunque nos autopresentamos otros jóvenes escritores y yo (ya se sabe que los políticos leen poco y mal), quedé satisfecho por la acogida que tuvieron mis palabras y por los amigos y amigas que estuvieron acompañándome. A todos ellos, gracias.

sábado, abril 19, 2008

ABRIL ROTO





Se ha roto abril
y el cuenco del deseo
se derrama entre las sombras.
Hay huellas de miedo
en la cocina,
y las novelas ya no cuentan
ni los pálpitos
ni otras formas de salvarnos.
No te vuelvas y me digas
que es la fuga de mis ojos
la que envenena el aire.
Ya no sé mirar
sino la quieta tempestad del tiempo,
esa hoja mecida
infinitamente en la distancia.

domingo, abril 06, 2008

LA ÚLTIMA CANCIÓN








Siempre supimos esperar
la última canción de los veranos,
aquellas en las que la madrugada
paseaba con rebeca por el tiempo
y el mar iba apagando sus fervores
en la calma azul de los septiembres.
La luz se tuesta y oscurece
cualquier rincón de la mirada,
y año tras año, frente a frente,
las manos se entrelazan al otoño
y las músicas se pierden
en el vacío de los apartamentos,
en las terrazas lloradas por la ausencia
y el temporal de la felicidad herida.


Volverán, dices, los días
sin horas a la orilla de la cama
,
pero las golondrinas serán otras,
igual que agosto en tu semblante,
cuando traiga tus besos
y escape con tus besos
para siempre,
o las olas rotas de mis dedos
en tu pecho ignoto y familiar,
conocido y olvidado
para siempre.
Perderemos la inocencia,
la edad recuperada,
la tersa piel de la quietud
y el viento de poniente.

Es la última canción,
el último paseo,
la última caricia del verano.

Siempre supimos esperar.

Aprenderemos.