sábado, enero 19, 2008

MIEDO A LAS TANTAS


MIEDO A LAS TANTAS

Una cuerda rota de violín.
Un pájaro herido.

El vuelo cercenado
de los ojos.

Un golpe seco en el alma.

Dos pechos derramados por el suelo.

Dos hostias.

3 comentarios:

Caperucito Lorca dijo...

Los pechos derramados por el suelo sí que me han dado dos hostias.

A las tantas, a estas alturas, y seguiremos escribiendo tristes poemas desgraciadamente.

Un abrazo!!

Miguel Marqués dijo...

Joder, qué bestia.

Me ha encantado. Muy tuyo.

Más hostias como ésta, plis.

Esther Cabrales dijo...

A mi me gusta leer el poema primero sin ver la fotografía que acompaña para que no me condicione. Las imágenes del poema aparecen de menor a mayor importancia pero son desgarradoras todas. El final es demoledor por la cercanía actual del asunto y lo inesperado. Adquiere la mujer, en el poema, la delicadeza de algo tan pequeño como un pájaro, tan tierno como un violín, tan callada como una mirada y por todo ello, rota por el maltrato.