MIEDO A LAS TANTAS
MIEDO A LAS TANTAS
Una cuerda rota de violín.
Un pájaro herido.
El vuelo cercenado
de los ojos.
Un golpe seco en el alma.
Una cuerda rota de violín.
Un pájaro herido.
El vuelo cercenado
de los ojos.
Un golpe seco en el alma.
Dos pechos derramados por el suelo.
Dos hostias.
3 comentarios:
Los pechos derramados por el suelo sí que me han dado dos hostias.
A las tantas, a estas alturas, y seguiremos escribiendo tristes poemas desgraciadamente.
Un abrazo!!
Joder, qué bestia.
Me ha encantado. Muy tuyo.
Más hostias como ésta, plis.
A mi me gusta leer el poema primero sin ver la fotografía que acompaña para que no me condicione. Las imágenes del poema aparecen de menor a mayor importancia pero son desgarradoras todas. El final es demoledor por la cercanía actual del asunto y lo inesperado. Adquiere la mujer, en el poema, la delicadeza de algo tan pequeño como un pájaro, tan tierno como un violín, tan callada como una mirada y por todo ello, rota por el maltrato.
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