A MI HERMANA (I)
Si canta el mar de otoño, hazme un huequito
en el sillón a cuadros de tus manos
y cuéntame de griegos y romanos
y hermanos que nadaron hasta el mito.
Si sopla de levante el infinito
invítame a un café con dos veranos,
que no me alejen más los días lejanos
de allí, donde reír fue nuestro rito.
El verde de tus ojos de poesía
acude cada noche a mi rescate
si tiembla de nostalgia mi alegría.
Sirena de Odisea y chocolate,
sorbito contra la melancolía
de ser y estar con hierbabuena y mate.
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